4/7/2009 LA PANDEMIA CRECE EN EL INVIERNO DEL HEMISFERIO SUR
La gripe avanza en Argentina entre el temor popular y la descoordinación
• La presidenta rebaja a 2.800 la cifra de 100.000 infectados dada antes por el ministro de Salud
• Los bonaerenses evitan saludarse con contacto físico mientras se anulan conciertos y funciones
ABEL GILBERT
BUENOS AIRES
La gripe A y el invierno avanzan en Argentina en medio de un cóctel poco alentador: las estructuras estatales carecen de una política común y hay explicaciones con
tradictorias. El efecto en la población es el previsible: al compás del virus y de los muertos, que por ahora son 55, crece el pánico. Los bonaerenses racionan el contacto físico al saludarse mientras se anulan conciertos y representaciones teatrales.
En Buenos Aires y su periferia es donde se concentra la mayor cantidad de habitantes del país. Y es allí donde se nota la ausencia de coordinación. Como el Gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner todavía no ha decretado la emergencia nacional, cada municipio bonaerense se maneja de manera autónoma. “Se creó un clima loco. Los municipios parecen competir entre sí, como si el que cierra más lugares fuese el mejor”, dijo el epidemiólogo Héctor Laplumé.
Después de subestimar los posibles efectos de la gripe, el Gobierno ha decidido asignar 188 millones más de euros a las tareas de prevención sanitaria. El dinero saldrá de partidas presupuestarias que iban a ser destinadas a la producción o el subsidio de actividades económicas en medio de la crisis mundial. La gripe A provocó en México pérdidas del orden de los 2.037 millones de euros. Muchos se preguntan qué pasará en Argentina si se decreta, como sucedió en ese país, el cese total de actividades.
MEMORIA DE MÉXICO / «Lo que veo hoy en la Argentina es la misma película que ya viví en México», le dijo al diario Perfil el epidemiólogo mexicano Alejandro Macías, quien coordinó en el Min. de Salud de su país las acciones para mitigar la pandemia. Macías llegó a Buenos Aires como consultor de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Pero el caso argentino tiene un agravante, y es de carácter estacional. El invierno y sus rigores. «No sabemos qué puede ocurrir», expresó Macías.
Pero si hay una situación que pone en escena el grado de desconcierto es aquella en la que se vieron envueltos la presidenta y su ministro de Salud, Juan Luis Manzur. Cristina Kirchner corrigió en público la estimación de Manzur de que hay 100.000 argentinos infectados y rebajó esa cifra a 2.800. Manzur explicó cómo había calculado el número. «Desde mayo, cuando empezó a circular con fuerza el virus, se notificaron 110.000 casos de enfermedades tipo gripe. Como el 85 o 90% del virus que circula es el A/H1N1, tomamos esta proporción para estimar el total», dijo. Sostuvo también que la tasa de mortalidad es del 0,5%.
DENUNCIA DE MANIPULACIÓN // La credibilidad del discurso oficial ha sido, sin embargo, puesta en duda. Entre otras cosas, por no haber suspendido las elecciones del 28 de junio. «El Gobierno nos mintió sobre el grado de difusión de la enfermedad en una proporción de uno a cien: no tomó medidas para nivel cien sino para nivel uno, y permitió que siguiéramos como si nada a ver si conseguía un par de votos más. Es demoledor», dijo el escritor y periodista Martín Caparrós en el diario Crítica.
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